Trabajo Práctico

Awomén.
La retórica aplicada.



INTRODUCIENDO LA PALABRA: UN PRINCIPIO FALSAMENTE INTERRUMPIDO

Elegí 3 obras de artistas latinoamericanos: 
1. Obelisco Multidireccional de Marta Minujín.
2. Concepto Espacial, En espera de Lucio Fontana
3. Sin Título (1991) de Félix González-Torres
Estas obras me remiten a una misma palabra: “Transgresión”. Cada artista busca transgredir de una manera u otra: Minujín lo estático, Fontana el espacio y González-Torres los límites de lo privado.
 Partiendo de dicha palabra, sin alejarme de los conceptos que llamaron mi atención sobre las obras elegidas, las asocié a otras.
TRANSGRESIÓN – ACEPTAR – LÍMITES – LO ÍNTIMO Y LO PRIVADO – LO IMPUESTO – VIOLENCIA – REBELIÓN – NEGOCIACIÓN – LUCHA – RESULTADO.
Tras leer los textos introductorios sobre la retórica y familiarizarme con los conceptos presentados en clase por los docentes, comencé a experimentar mediante la técnica de collage las posibles combinaciones que me ofrecía la fusión de las obras, introduciendo el Obelisco (elemento central de la obra elegida de Minujín) en los tajos de Fontana, o haciendo nuevos tajos en las sábanas de González-Torres.
Este proceso creativo fue interrumpido por la toma ilegítima de la facultad, pero aún no teniendo clases, los trabajos realizados al momento siguieron evolucionando en mi mente al punto que cuando se pudo retomar la cursada el cuatrimestre siguiente ya tenía bastante incorporada la retórica y elaborada la intención de mi trabajo final para el primer módulo.
El principal tema que pretendía abordar desde la transgresión es el tema del machismo en Buenos Aires, pero no el machismo ejercido por el hombre o el machismo como algo externo y victimario, sino el machismo desde el interior de la mujer: la dualidad entre aceptar o no los mandatos de género y la dificultad de transgredir o rebelarse ante una violencia de la cual no siempre somos o queremos ser conscientes.
Las clases subsiguientes, mediante la interacción con los otros estudiantes y las devoluciones de los docentes, lo que iba a ser una entrega que ejemplifique lo aprendido siguió evolucionando en algo más complejo, y un packaging que pretendía hablar de la transgresión, se transgredió a sí mismo y ahora es una instalación con objetos y performance interactiva.


TRANSGREDIR NO ES IR EN CONTRA DE LO QUE SE TE ENSEÑA SINO DAR USO DE ELLO PARA TRATAR DE IR MÁS ALLÁ DE DONDE SE ESPERA QUE LLEGUES.

Según Nietzsche, lo que culturalmente llamamos realidad se construye mediante la metáfora, y dice también que las verdades son ilusiones que se olvidan que lo son. Esto se transformaría en el eje sobre cómo abordar el machismo desde la mujer en mi trabajo y asociarlo a la realidad en la que vivimos.
Por otra parte, según Lakoff y Jonson, la capacidad de comprender la experiencia mediante la metáfora es uno más de nuestros sentidos, al igual que ver, oír, tocar, etc. ¿Por qué entonces limitar la metáfora a un sentido como ver si puede ser un sentido por sí mismo? ¿Por qué si mi intención es transgredir, no utilizo la metáfora y la retórica en general no sólo en la imagen y en el ver, sino también en el oír, sentir, en las palabras, y en las acciones?
Según los textos ofrecidos en la cátedra de Pioro, en el siglo V a.C. la retórica era una suerte de arma para, a través del discurso, conseguir un fin deseado. La retórica antigua estudiaba tres tipos de discursos: el deliberativo (que aconseja o disuade), el judicial (que acusa o defiende) y el epidéctico (que analiza los actos de los contemporáneos). Durante los siglos posteriores la retórica abandona el enfoque pragmático inmediato. Ya no se trata de persuadir, como en la antigüedad, sino hacer un discurso “hermoso”.
Cuando leí esto, y frente a lo que había elaborado, enseguida entendí que mi transgresión exigía, sin perder los nuevos usos, volver a las bases de la retórica, y hacer empleo nuevamente del discurso epidéctico para propulsar mi trabajo hacia una retórica moderna que transgreda la presente. ¿Pero por qué elijo el discurso epidéctico y no el judicial si abordo el tema del machismo? La razón es sencilla. Actualmente la retórica debe provocar una reacción efectiva, y, según el texto, a diferencia de la publicidad el arte manifiesta ambigüedad y autorreflexión. Retomar el discurso judicial implicaría alejarse del arte y volver al trabajo en una simple protesta o denuncia, y mi idea es retroceder para avanzar.
De la retórica antigua el discurso epidéctico es el que más se acerca a mi concepción de crear arte en la actualidad.


LA PALABRA TRANSGREDIR NO SÓLO DESPIERTA UN TEMOR O RECHAZO POR IR MÁS ALLÁ DE LA AGRESIÓN SINO POR LO QUE SE PUEDE DESCUBRIR DE NOSOTROS MISMOS AL HACERLO.

En un sector del aula instalo una carpa roja cubierta por telas marrones, cuelgo un poster aparentemente sexista, un extraño mapa que cuesta concebirse como tal, y una soga a lo alto de las cuales cuelgan figuras celestes. Me siento cerca de la carpa como confusa extensión de la misma, cubriéndome de la misma tela. Llevo puesto un corpiño negro y sobre mi regazo hay un pequeño obelisco que, no deliberadamente, llama la atención como si fuese algo enorme puesto que no se lo compara con el objeto real, sino con los genitales masculinos por su ubicación en mi cuerpo.
En un principio el espectador experimenta una desorientación, parece predominar la figura retórica de la acumulación, pero si se estudia en detalle se puede encontrar que sólo es ello en la superficie y que todo el proyecto apunta a una retórica secuencial donde lo que en un principio parece algo se modifica con el progresivo contacto con los elementos posteriores, y donde se exige una parte activa del espectador en la construcción de la retórica puesto que depende no sólo de los conocimientos y experiencias previas que trae el individuo, sino en su interés por ir más allá y la interacción de los elementos con su subjetividad y sentimientos personales, donde puede someterse o no, transgredir, agredir o ignorar.
Para acceder al interior de la carpa el espectador está – según los códigos establecidos – interactuar conmigo. La carpa no permite el acceso de varias personas en simultaneo por lo tanto el proyecto se vuelve más personal a medida que el público quiere acceder a él. Mi interacción consta de una serie de preguntas que sin decoro se muestran intencionales. Marco a la persona según su concepción de su sexo y pongo una condición a su ingreso: desnudar su torso.
Al ingresar en la carpa nuevamente una serie de elementos se presentan como una acumulación prácticamente caótica en la cual es muy difícil acceder no sólo por el espacio reducido, sino por una iluminación puntual – responsabilidad del espectador – presencia de música y la falta de comodidad para poder acceder directamente y de manera clara a varios elementos complejos en sí, que requieren no sólo información para ser aprovechados, sino también un tiempo distendido para estudiarlos. Toda la ambientación es opresiva, sofocante, molesta y hasta irritante, probando el grado de resistencia del espectador por conocer a fondo la obra a la que se le permite acceder en condiciones de difícil adaptación, y acentuando así el tema que aborda: el machismo y la dualidad sobre la transgresión.
El tiempo que el espectador está dentro no está limitado por alguien de afuera, sino por los límites personales y su grado de interés. Al salir de este ambiente hostil, por momentos irónico y seguramente caluroso, el participante es despedido por mí con la entrega de una suerte de estampita que lleva la imagen del poster inicial y un texto parecido a la alabanza cristiana hacia Dios.
Todo el proyecto busca constantemente transgredir y – tal como planteaba Nietzsche – hacer conscientes verdades que olvidamos no lo son. La retórica se hace presente en varias formas, en su mayoría con figuras compuestas, y la metáfora no se limita a un sentido, así como el mensaje no se limita a viajar hasta su receptor.


DESARROLLO DE LOS ELEMENTOS


El mapa es el primer contacto que busca el despertar el diálogo con el espectador, tanto para activarlo como para anticiparle la posible desorientación de la cual ya es blanco. El mapa – que en verdad fuera del título no parece un mapa – superfluamente nos muestra los mismos elementos que se pueden observar en la realidad, sólo que los nombra e introduce al sujeto a una lógica extraña sobre el sentido de cada elemento. Señala a la carpa como “Tierra o Gea”, al hilo con las figuras celestiales como “Dios o Cielo”, el póster como “Santuario u Oráculo”. También se puede descubrir que debajo de lo que representa la carpa y es nombrado como “Tierra o Gea", se puede levantar y descubrir más elementos con doble nombre que distan de ser lo que el dibujo representa, de esta manera se hace de manera explícita de la metáfora y la persuasión ante los espectadores a interpretar lo que ven y alertarlos de un posible caudal de información difícil de procesar. También el adelanto confuso de lo que van a encontrar dentro de la carpa busca generar una curiosidad y – al ser los dibujos representativos del interior mucho más abstractos que los elementos externos que pueden compararse con la mirada en el momento – el único dato certero de cada uno de dichos elementos son los dos nombres adjudicados que pueden o no tener relación a simple vista, pero que saben que dentro de la carpa no van a encontrar un mismo elemento en dos formas distintas. El espectador sabe que dentro de la carpa no va a encontrar “El caballo de Troya” que a su vez es “La costilla de Adán”, y como la ilustración tampoco corresponde con ninguno de los dos nombres el espectador empieza a familiarizarse con el uso de un lenguaje que exige la búsqueda de un sentido más complejo que el habitual.

SANTUARIO u ORÁCULO                        
Un póster de una mujer desnuda con tierra en los pechos es tapada con más pechos y colas de otras mujeres de fisonomías parecidas. Esta caótica acumulación de elementos similares que parecen simplemente mostrar a la mujer como un objeto del deseo, en detalle oculta lo contrario. Mientras que el nombre adjudicado en el Mapa habla de un Santuario como si la mujer se tratase de la Virgen María, o un Oráculo como si fuese la estatua de una deidad a la cual rendirle culto, las particiones de los cuerpos de varias mujeres forman el comienzo de una alabanza: “Oh Madre Patria, Oh Madre Tierra”. Esta frase cambia el sentido de la obra, la mujer del póster, que en la revista posa como objeto sexual, es implorada por partes de las mismas figuras que denigran a otras mujeres enalteciendo su valor. La misma mujer que en una revista representa la bajeza de la mujer por revolcarse en el fango y posar para adquirir un valor ante la mirada lasciva de los hombres, mediante la intervención y con el título, pasa a representar una imagen inmaculada e inspiradora de fe para las mujeres. Esto se termina de completar cuando al terminar la experiencia de recorrer los elementos de la carpa doy una estampita al participante donde se repite esta imagen y se puede leer la oración completa, modificando una imagen que a simple vista parece ofensiva o excitante y en realidad busca derrotar el machismo.

DIOS o CIELO
Tanto en la cultura católica como en la mitología griega existe un cierto orden machista respecto al poder. La tierra representa lo femenino, lo fértil y lo inferior, y el cielo lo todopoderoso y superior. En mi trabajo, aunque sigo representando al hombre como algo superior en altura con respecto a la mujer, su protagonismo es muchísimo menor a la presencia de la carpa. Las figuras colgadas en la soga son figuras al parecer femeninas, y están con broches – elemento de la ama de casa. Aquí se crea un confuso Antítesis, puesto que uso elementos al parecer femeninos para representar a Dios o Cielo, que aunque en la cultura católica se dice que es asexuado, se hace referencia al mismo como “Él” con mayúscula inicial para reafirmar el género masculino como máxima potencia. Al igual que el póster, la lectura de este elemento también se modifica tras ingresar a la carpa, puesto que dentro de una caja hay imágenes relacionadas que dan un nuevo sentido a la lectura dada al momento. Ya no es la reivindicación de lo femenino en un elemento supuestamente viril y superior, pero eso lo desarrollaré a la hora de hablar de esa caja. Por el momento podemos limitarnos a la lectura de la soga con figuras celestiales bautizadas como “Dios o Cielo” como una antítesis que parece enaltecer al sexo que más adelante aplasta.

TIERRA o GEA
La carpa roja y tapada con telas marrones que hacen alusión a la tierra también hace metáfora de la mujer y alusión a su vagina debido en parte a sus nombres en el mapa. En la mitología griega Gea es madre del Cielo y termina necesitando del mismo para seguir engendrando. Luego Zeus, descendiente de estos, se transforma en el padre de todos los dioses, incluso de sus hermanos, y de Gea, quien pasa al plano del olvido haciendo de ella sólo mención en el origen y luego es olvidada, puesto que le siguieron deidades relacionadas tanto a la tierra como a lo fértil que ganaron importancia sobre ella. El imploro a la Madre Tierra del póster y el tamaño de la carpa con respecto al del elemento que representa a su Padre Dios, tratan de hacer lo mismo que hice cuando quise recuperar el discurso epidéptico de la Antigua Grecia. Esta vez me fui más lejos en el tiempo para recuperar a la deidad más olvidada y más importante, y hago analogía directa de la mujer con ella y lo que significa desde entonces hasta el día de hoy, tanto la mujer como la tierra.

INGRESO
Para ingresar a la carpa se debe primero proceder a un intercambio de palabras conmigo. Yo estoy con medio cuerpo cubierto por la misma tela marrón que cubre la carpa, uso un corpiño negro y el pelo suelto.  Sobre mi regazo emerge la figura fálica del obelisco. El diálogo consta principalmente de preguntas de verificación. Primero pregunto al participante si estudió el mapa. Sin la respuesta afirmativa se niega el acceso. Una vez que afirma haber visto el mapa se le pregunta si nació niño o niña y a qué edad se hizo hombre o mujer respectivamente mientras se le coloca un identificativo en la muñeca: Una cita marrón como Gea o una cinta celeste como el cielo. El cinto se ajusta de manera apretada mientras se explica el significado de los colores. Luego se pregunta al participante si conoce el interior de la mujer (si el participante es mujer la pregunta se formula más personal). Independientemente de la respuesta se invita a recorrerla con una sola condición: el ingreso a la carpa exige desnudar el torso. Con este pedido el objetivo es doble. Por un lado, si es mujer, se busca acentuar nuestra similitud de avergonzarnos o no de nuestro cuerpo y el uso del corpiño, aún yo con el obelisco de falo. Si es hombre acentuar nuestra diferencia de que aún con un elemento que hace alusión a mi genitalidad masculina, yo no soy hombre como él que queda en cuero sin necesario pudor de mostrar su pecho. El otro objetivo es que el individuo empiece a conectar con su sexualidad, de hecho el acto de poner un cinto hace alusión al momento que se identifican a los bebés al nacer con pulsera celeste o rosa. Este pedido involucra aún más al espectador, el tomar consciencia de su sexo, y buscar generar algo en el mismo. ¿La persona se sentirá expuesta e indefensa o fuerte e independiente? ¿Se sentirá bien respecto a su propio cuerpo? Sabiendo que la carpa es Gea o la Madre Tierra, ¿interpretará su ingreso sin toda su ropa como un volver al útero para en su salida renacer, o como un entierro momentáneo para seguir viviendo como si nada? Esta es tal vez la primera transgresión literal que compromete al público a jugar con el límite de su propia intimidad y construcción de género. El resto de la obra cada uno la recorrerá en soledad tratando de asimilar todo lo que vieron antes de entrar, la conversación, el mapa, el encuentro con estos objetos anunciados y lo que en cada cual suscite cumpliendo con la interacción de utilizar la retórica no sólo en las imágenes, sino en las acciones y múltiples construcciones personales.

MÚSICA
Siguiendo el uso de la retórica fuera de lo visible, se oye de fondo una serie de canciones durante la “estadía” del ingresante en la carpa. Puede ser difícil prestar atención a cada canción sin distraerse con los objetos y viceversa. El track-list empieza con el Himno Nacional y continúa con varias canciones cantadas sobre o para mujeres, generando una repetición y a su vez una acumulación por no tener relación con el Himno inicial. Las canciones están ordenadas cronológicamente y la última es “Abre” de Fito Paez. Por cuestiones organizativas la lista vuelve a empezar y terminar, pero hay un marcado silencio para acentuar esta canción como el final de la lista. Que la canción que “cierra” ordene a la mujer a que se abra es parte de la ironía y uso de la retórica dentro del sentido conceptual donde no es necesario dos elementos opuestos para lograr una perfecta antítesis, basta sólo un elemento en una ubicación antagónica para generar por sí mismo una figura retórica. De la misma manera el tema que abre es un himno, y según nuestra cultura debemos oírlo de pie, pero el ingreso y permanencia en la carpa exigen una posición baja (sentados o arrodillados) forzando al participante a experimentar o generar con su propio cuerpo una figura retórica relacionada con la transgresión.

LISTA DE CANCIONES Y ALGUNAS DE SUS LETRAS
HIMNO NACIONAL DE ARGENTINA.
ATENTI PEBETA (Tango). “Por un par de leones bien planchados te perdés… Caminá junando el suelo, arrastrando los fanguyos, y arrimada a la pared… Atenti, Pebeta, seguí mi consejo… Abajate la pollera por donde nace el tobillo, dejate crecer el pelo y un buen rodete lucí.”
FAMILIA ARGENTINA de Viudas e Hijas. “Viva la paz de nuestro hogar… Mientras papá va a trabajar canto y me pongo a rasquetear… hay algo primordial que es defender y amar
nuestra familia Argentina, Preservar la fe y la moral, rezar y promover parejas bien constituidas. Llega papá sin saludar, hoy me olvidé de cocinar, por eso no nos vamos a pelear prendé la tele… Todos se fueron a acostar, la tele está por terminar, ahora hay tiempo para conversar, traeme el diario.”
MEJOR NO HABLAR (fragmento) de Sumo. “Una mujer, una mujer atrás, una mujer atrás de un vidrio empañado, pero no, mejor no hablar de ciertas cosas.”
ABRE de Fito Páez. “Abre el mundo ante tus pies, abre todo sin querer, abre el zen, la vanidad, abre la profundidad, abre sexos en tu piel, abre cofres si querés… abre el mundo una vez más… abrís todo y entro yo, abre un cuerpo, se abre el sol … Abre el rito de la fe, abre el riesgo de perder… abre el fin de la razón, abre el cielo y el terror… abre todo sin querer”

DEBAJO DE LA TIERRA, DENTRO DE LA VAGINA O EN UN INTERIOR QUE NO RESULTA DESCONOCIDO
En el interior de la carpa existen varios objetos que podrían o no asimilarse con elementos “hogareños” o que pueden hallarse en la habitación de una mujer (fértil y sexualmente activa): un reloj o calendario, un retrato familiar, un recipiente con flores, una revista femenina y un cofre. Todos toman una forma metafórica donde entran en juego diversas figuras retóricas que continúan con el desarrollo secuencial antes anticipado. Todos esconden o necesitan ser explorados o abiertos. El lugar oscuro que simula intimidad y escondite de los secretos del género femenino, dificulta el acceso a estos elementos que parecen simples. Al participante se le deja utilizar una linterna que representa su mirada dirigida y selectiva. Es imposible estudiar prolijamente todos los elementos en su totalidad dentro de la carpa, incluso incómodo, obligando al acentuar en el participante cualquier emoción que logre generar cada elemento en sí.

Un reloj o calendario: LA CRUZ o CADENAS DE ANDRÓMEDA
Un cuaderno de tapa negra tiene una fotografía de la Casa Rosada recortada de manera circular. La misma está particionada con fragmentos sin color, aunque una suerte de aguja rosada tiñe las partes grises, así como también vuelve rosa el celeste del cielo. En el interior de este cuaderno una serie de imágenes se presentan de manera cronológica mostrando hechos políticos y realidades desde que nace Argentina como Nación hasta la actualidad. La acumulación vuelve a repetir la figura secuencial, los elementos crean nuevas figuras en su interacción interna entre una imagen y su continua. Un ejemplo de comparación: la imagen de los hombres en su primera votación de Sufragio Universal donde la mujer no está incluida continuada por la imagen de unas niñas en su clase de cocina de 5to grado. Un ejemplo de antítesis y alusión a la Patria como institución relacionada a la mujer: la imagen de Alfonsín diciendo “La casa está en orden” seguida por la imagen de mujeres protestando en el cacerolazo.  A medida que las imágenes avanzan se ve el avance de la mujer en la cronología, de ser esposas de los soldados pasan a poder votar, y hasta a presidir la nación, finalizando el recorrido con el primer matrimonio legal de dos mujeres lesbianas en Tucumán, máximo exponente del logro de la mujer por sobre los mandatos machistas. Pero en el clímax de esta construcción llegamos a la actualidad, y en vez de una imagen nos encontramos con una nota de un periódico que habla de 15 mujeres asesinadas con fuego por sus parejas en el lapso del último año. Esto hace un frío contraste de la construcción que estábamos atestiguando. Por último, cuando tratamos de ver el futuro, encontramos un elemento que en la habitación de una mujer se puede asociar a la vanidad, un espejo, pero persuade al espectador de una responsabilidad en su rol dentro de la historia de su cultura.

Un retrato familiar: EL COMETIDO DE DALILA o FUEGO DE HESTIA
Una foto de una familia (madre, padre e hijo) en blanco y negro tiene en la parte superior e inferior un hilo celeste cocido en alusión a la bandera argentina. La foto en verdad es una obra de 1968 de Oscar Bony llamada “La familia Obrera” donde le pagó a un obrero una jornada laboral para que en una tarima desarrolle actividades cotidianas con su esposa e hijo. Como no hay información al respecto la reflexión del participante de porqué elegí esta foto puede variar, puede tal vez observar que en la tarima el hombre está en una posición elevada por sobre la mujer. La retórica es subjetiva, y también funciona de acuerdo a la información que el participante tenga y su forma de asimilar los elementos. No sólo es distinto lo que puede elaborar sabiendo o no sobre la obra a la que pertenece esa foto, sino también se modifica el sentido si sabe o no quién era Hestia en la mitología griega o qué hizo Dalila según los relatos bíblicos. Del otro lado de la foto está cocida una imagen de la escultura Lola Mora donde está la Venus sostenida por los hombres, que también tiene una historia particular de polémica sobre género, y que puede relacionarse retóricamente con la obra de Bony como Antítesis o Comparación según el grado de información y postura personal respecto a la misma. Entre ambas fotos hay escondida una tercera foto que se diferencia abruptamente puesto que es a color y no es de ninguna obra, sino una foto que tomé de un afiche publicitario donde la protección fue rota y en el cuerpo de la mujer alguien escribió la palabra “Puta”, y que complementa la asociación de las mujeres en blanco y negro que son representada en el exterior. En la foto pegué un billete enrollado de 5 pesos donde no se ve pero también contiene una información importante que el espectador posiblemente no asocie, la figura del billete es José de San Martín, y en el reverso del mismo se lo define como “Padre de la Patria”. De difícil lectura, especialmente dentro de la carpa, en vez de la numeración en rojo el billete tiene escrito la frase “Vos valés” muy cerca del número del billete por lo cual también se puede leer como “Vos valés 5”. Los elementos empiezan a interactuar ahora de manera compleja encerrándose en figuras retóricas más complejas. La metáfora de un supuesto retrato familiar que al estar cocida y contener en su interior un billete como si fuese en verdad una billetera, y la mujer una mercancía de valor de intercambio hace referencia también al rol de la mujer dentro de la economía del país, donde en la obra de “La familia Obrera” se la señala como la sostenedora del hogar y encargada de parir y educar varones. En la mitología griega Hestia es una de las pocas deidades femeninas que pertenecen al Olimpo, hermana de Zeus, que tras prometer mantenerse casta se la nombre diosa del hogar y su única función es cuidar que no se apague el fuego encendido del Olimpo. No intercede ni en la aventura de los hombres ni en las discusiones de los dioses, por lo tanto, aunque tenga el privilegio de tener un lugar en el Olimpo donde las deidades femeninas son minoría, no tiene protagonismo ni vuelve a ser mencionada fuera de su función, muy similar al lugar de importancia que se le da a la mujer – aún actualmente – como ama de casa. ¿Por qué la “Familia Obrera” se llama “Obrera” si sólo es uno de los integrantes trabaja de obrero? ¿O se reconoce a la ama de casa por considerar que es obrera también al obrar en la casa? En el relato bíblico Dalila es sobornada por unas monedas a cambio de seducir a Sansón y que este le cuente su punto débil. Aunque hacerlo habla de una mujer estratega del engaño a Dalila se la describe como una mujer estúpida y torpe, no muy consciente de que los hombres sólo la están utilizando para conseguir derrotar a Sansón. Hestia representa entonces a la ama de casa y Dalila a la prostituta, y ambas mujeres son señaladas como sostenedoras invisibles de la economía mediante la figura retórica de la comparación.

Un recipiente con flores: LA COSTILLA DE ADÁN o CABALLO DE TROYA
Un cuadernillo con la forma fálica del Obelisco tiene en su tapa una flor cuyos pétalos fueron pintados con mi sangre, y el tallo se compone con fragmentos de un billete de 5 (elegido no sólo por el verde y en relación al trabajo de la fotografía familiar sino nuevamente por ser San Martin el Padre de la Patria). Este cuadernillo está compuesto por muchas hojas con varias flores similares: rosas rojas, calas blancas y tulipanes de diversos colores. Pero entre flor y flor hay hojas donde falta la flor y en su reemplazo hay una frase machista o que, sugestionado por el conjunto de frases machistas, comenzamos a leer como machistas cuando fuera de contexto no solemos asociarlo a nada sexista. Aunque la flor es un elemento fálico, diseñé las flores de manera que los pétalos hagan alusión a la figura femenina. Nuevamente la metáfora del hombre (tallo) sosteniendo a la mujer (flor), pero esta vez parece enaltecerla y darle protagonismo. Mediante la figura retórica de la antítesis descubrimos el engaño. Entre figuras relacionadas al mundo romántico y femenino de la mujer leemos frases cargadas de violencia, las mismas fueron escritas por mí durante una de las clases en máquina de escribir en relación a uno de los primeros oficios de la mujer: la mecanografía. De todos los elementos de la carpa, este es el único elemento fálico que está dentro de la carpa, y también de todos títulos en los que se asocia el trabajo a un elemento griego es el único que no pertenece a una mujer (Caja de Pandora, Cadenas de Andrómeda, etc.). La historia del Caballo de Troya cuenta de un ejército que, para entrar a un pueblo y atacar desde adentro, se esconde en un regalo para que una vez aceptado, a media noche, salir y atacar por sorpresa. La rosa suele ser un elemento romántico que regala el hombre a la mujer para las instancias de conquista, y la asociación es directa. Este trabajo habla de los mandatos machistas que las mujeres solemos repetir por permitir el ingreso de los mismos bajo una imagen de seducción de lo que la sociedad dictamina que queremos, que somos o que deberíamos hacer. Las frases machistas se esconden entre las flores.

Una Cosmopolitan argentina es intervenida con el uso de otra Cosmopolitan y una revista argentina dirigida al público masculino. Dentro de la misma hay varios ejemplos de rima, metonimia y acentuación aunque lo que más predomina es la comparación y las figuras semánticas contrarias presentadas con humor en forma de ironía: una mujer publicitando una tintura de pelo mientras dice que si un hombre le tironea del pelo significa que él está sometido a ella, o un artículo que habla positivamente sobre la rivalidad entre las mujeres está rodeado de anuncios de chicas que posan desnudas junto a sus nombres y números de teléfonos en la sección “Casos reales”. Los dos títulos con el cual se identifica el objeto en el mapa adquieren sentidos distintos para cada participante dependiendo de sus conocimientos.  La biblia es un objeto más conocido que el mito griego, y fácil de asociar. El hilo de Adriana es sobre el mito del Minotauro, de que cuando a Teseo se le fue asignada la tarea de matarlo, para resolver el desafío de volver a salir del laberinto donde el mismo estaba atrapado, Ariadna le ayuda a cumplir la misión entregándole un hilo para que entre con él y luego el recorrido le indique la salida. La comparación conceptual de este mito con la revista habla de un mismo objeto supuestamente del mundo femenino cuyo único objetivo termina siendo ayudar al hombre. Todas las notas presentes en la Cosmopolitan – o su mayoría – suelen centrarse en cómo satisfacerlo, cómo darle placer al hombre, cómo gustarle, cómo marcarle el camino hacia una, y no quedarnos sin el hombre. Ariadna no recibe el título de heroína en ese mito y Teseo sí el de héroe, cuando sin ella hubiese imposible pasar esa prueba. Prácticamente tuve que hacer muy pocas intervenciones para que la revista adquiriera un tono machista, todas las figuras retóricas resultaron más un señalamiento obvio de lo que ya estaba ahí que de la creación de algo nuevo.

Una caja de color símil a la tierra tiene varios tajos pequeños horizontales y uno central y vertical que está abierto en alusión a la vagina. El interior está forrado por una tela roja que repite la metáfora de la carpa. Los títulos sugeridos en el mapa hablan de cosas parecidas. En la biblia había un árbol sobre el conocimiento del bien y el mal, y es Eva la que transgrede la ley de Dios y come el fruto prohibido. En la mitología griega Pandora, al igual que Eva, es la primera mujer mortal, a la cual Zeus regaló una caja sin decirle su contenido. El hermano de ésta le advierte de no aceptar ningún regalo de los dioses, pero esta transgrede la advertencia y al abrir la caja libera los males y cierra la caja dejando la esperanza dentro. En el trabajo, al abrir la caja se encuentran 18 fotografías intervenidas de una mujer – interpretada por mí – con el mismo corpiño que uso en la performance del exterior de la carpa. Estoy haciendo distintas posturas donde mi cuerpo se comunica con un obelisco pintado con corrector blanco. Algunas imágenes son bastante ambiguas, puede una misma imagen leerse como si estuviese abrazándolo o cargándolo, en otra parece que atraviesa mi cuerpo o lo propulsa, en otra pesa sobre mi espalda o con mi espalda busco levantarlo. Otras imágenes son menos ambiguas y tienen una sola lectura: soy igual al obelisco, soy violada por el mismo, lo poseo como si fuese mi falo. El trabajo habla de las distintas maneras de relacionarse con los mandatos de género, que no existe una sola. Podemos ser víctimas pasivas, amantes o transgresoras activas entre tantas. La caja en sí contiene la consciencia de que tenemos poder de decidir cómo actuar en la sociedad actual desde nuestro género, como metáfora de aquel conocimiento que Dios (en la biblia) o el hombre (en la mitología) lee como desgracia, puesto que el conocimiento implica tener herramientas para elaborar cosas de manera personal. Ambas historias hablan de la mujer como la tonta responsable de que los hombres no vivan en armonía, mientras que mi trabajo busca conectarse con la mujer inteligente responsable de su propia vida. El machismo no es una construcción de los hombres, es algo ejercido por ambos géneros, y es decisión de cada uno qué hacer con ese machismo que vive dentro de nosotros. No podemos ignorar lo que vivimos en el pasado, ni de la actualidad en la que estamos inmersos. Dentro nuestro vive una larga historia que pudo comenzar en Dios o en Zeus, eso no importa, pero que al día de hoy arrastramos un legado cultural antiquísimo respecto a lo que es ser hombre y mujer, y lo que se espera de nosotros como tales, incluso lo que esperamos de nosotros mismos. Al momento de hacer estas fotos quise representar en un principio a las distintas mujeres de nuestra sociedad, o a la misma mujer en distintos momentos, pero luego quise centrar el trabajo en la mujer como Gea o Tierra y al hombre como Cielo o Dios. Es por esto que en vez de pintar un fondo celeste decidí pegar una cartulina de dicho color sobre la imagen para que el relieve indique niveles de superioridad e inferioridad. El cielo está sobre mí, no detrás de mí. El obelisco representa los mandatos sociales de una sociedad falocéntrica y está pintada con corrector blanco puesto que creo que los mismos son una censura sobre nuestras naturalezas. Con los recortes sobrantes de la imagen armé a este cielo fuera de la carpa, que depende del espectador asociar, pero que si uniese esas imágenes con los recortes que conforman a Dios se lograría volver invisible la presencia de la mujer en la foto, denunciando de cierta manera al mismo de misógino. Este es un claro ejemplo de cómo la retórica se modifica según el conocimiento de nuevos elementos, puesto que antes de entrar a la carpa la representación de Dios con figuras celestiales de mujeres parecía venerarlas como poderosas, y ahora la representación de Dios habla de taparlas o despreciarlas.

SALIR DE LA CARPA Y AWOMÉN
Una vez estudiado todos los objetos o los objetos de interés, el participante, con el torso desnudo y la cinta en la muñeca que le recuerda su género, sale del caluroso ambiente como si hubiese sido gestado y ahora vuelve a nacer. Separa la entrada de la carpa como si fuesen los labios de una vagina y escapa de todo aquello que guardaba su madre en su interior, toda esa violencia, sentido, historia, frivolidad y secretos sobre el sexo no biológico sino cultural. Al salir le doy una estampita donde nuevamente se encuentra con la imagen del poster inicial, y en el reverso la siguiente alabanza refuerza el sentido de la obra:
“Oh, Madre Patria, Oh Madre Tierra: Baja al Padre que está en nuestro Cielo, que sienta Él la opresión de los sexos. ¿Cuál es nuestra voluntad más allá de lo impuesto? No acates hoy las leyes de cada día sin reflexionar sobre quién las escribe, así como también sobre quiénes somos. Permítanos decidir sobre nuestros cuerpos y líbranos del supuesto sentido único de nuestra existencia. Awomén.”
La frase es la misma que se usa para alabar a Dios pero se cambia el destinatario, y en vez de dirigirlo a Él está dirigido a Ella, Gea, Patria o Tierra, y se asemeja más a un cántico feminista. La frase en vez de terminar con Amén termina con una palabra inventada: “Awomén.” (Título del proyecto que sólo aparece en su fin). La palabra “Amén” suele traducirse como “Así sea” o “Palabra de Dios” pero su origen deriva de la palabra “aumén” que significa algo así como “Dios el padre y la madre está con la humanidad”.  También el fonético podría interpretarse por la lengua inglesa como “Un hombre (A man)”, lo cual resulta gracioso puesto que afirma lo que la postura feminista acusa: la biblia – exponente de machismo - fue escrita por el hombre. En las oraciones realmente el final podría entenderse como “un hombre” firmando lo dicho. Mi agregado de “wo” en la palabra hace referencia a que la oración está firmada por una mujer, de la misma manera que en el póster son los cuerpos de las mujeres las que escriben el comienzo de la alabanza.


ANEXO: OBRAS DE OTROS ARTISTAS, INSPIRADORES

Obelisco Multidireccional de Marta Minujín
Se roba el elemento del obelisco como representación de la sociedad en la que vivimos y se le atribuye la alusión al pene como sociedad falocéntrica a lo largo de todo el trabajo, tanto en la performance como en el cuaderno de las flores y las imágenes dentro de la caja.

Concepto Espacial, En espera de Lucio Fontana
Se traduce el tajo  del lienzo a la alusión de la vagina y la violencia de género tanto en la carpa como en la caja que hay en su interior.

Sin Título (1991) de Félix González-Torres
Se toma el elemento de la fusión entre lo público y lo privado desde el concepto del proyecto (se muestra como el machismo que es una construcción cultural de la sociedad afecta en la vida privada de las mujeres) y se traduce en la totalidad del proyecto.

ALGUNAS ARTISTAS QUE APARECIERON DESPUÉS
Everyone I Have Ever Slept With 1963-1995 de Tracey Emin (INGLATERRA). 
En una carpa Emin bordó los nombres de todas las personas con las que se acostó desde su nacimiento hasta la fecha. Comparte conceptualmente lo que me atrajo de la obra de González-Torres sobre la ruptura de lo íntimo, y se toma el elemento de la carpa como búsqueda de conexión con el público.

Truism de Jenny Holzer (EEUU). 
Holzer trabajó mucho el tema de los aforismos: sentencias breves y doctrinales que se presentan como reglas. Solía pintarlos o proyectarlos en lugares públicos para que los desconocidos reflexionaran sobre la veracidad de cada frase que se toma como axioma. Una vez que logró transcender proyectó en un monumento una frase buscando llamar la atención sobre la misma. La frase decía: “Yo despierto en el lugar donde las mujeres muren”. Me inspiré en su trabajo para elegir las frases que formarían parte del cuadernillo con forma de flor.

Sin título de Elena Almeida (PORTUGAL). 
Se toma el elemento del cuerpo del artista en relación con la pintura (o su creación) para usar mi cuerpo y su relación con el obelisco en el trabajo desarrollado sobre La caja de pandora o Fruto Prohibido.

Estampita de Mujeres Públicas (ARGENTINA)
Un grupo colectivo de artistas feministas hicieron unas estampitas de la Virgen María que me parecen un claro ejemplo del uso de la figura retórica, donde la oración del reverso estaba modificada para reivindicar los derechos de la mujer y exigir la ley de aborto. Robo este original recurso para el póster y la creación de una nueva estampita.